EL ROL DEL OSTEOPATA

Estar despierto, para escuchar y leer el cuerpo del paciente. Para poder localizar las zonas donde hay restricciones, las zonas donde el cuerpo llama.

Y así, desandar lesiones, devolviéndole libertad al tejido para expresar su función y vitalidad.
Ser un punto de apoyo, lo que llamamos fulcrum, diciéndole al tejido: aquí estoy, te apoyo, te contengo, te doy la oportunidad de que resuelvas, de que a partir de mi toque…despliegues tu fuerza de autocuración.
Y en ese dialogo con el tejido se busca diferenciar el nivel y la estructura afectada. Si es un musculo o una articulación, si es una víscera, su inervación o irrigación, si es postural o emocional, si es algo actual, de tiempo atrás o viene incluso, desde la vida intrauterina.

El cuerpo es sabio, adapta y siempre busca el bienestar. Solo es cuestión de ayudarlo, alivianarlo…para que disponga de mayor energía libre, para sus funciones vitales y la vida misma.